En la actualidad, cuando la inesperada situación de aislamiento ha empujado a cientos de colombianos a aplicar nuevos modelos de trabajo, estudio y relacionamiento por medios virtuales, la oferta de dispositivos y servicios de Internet incrementan de tal forma, que nos hacen olvidar que aún gran parte de la población presenta serias dificultades para acceder a este servicio.
Esta es la realidad que se vive, por ejemplo, en la Vereda La Cabaña, en San Pedro de Urabá. Allí, los 469 km que los separan de la capital del país no representan solo una distancia física, sino de desarrollo vial y tecnológico. En este lugar, donde desplazarse al casco urbano toma más de 45 minutos y requiere que el nivel del río que lo separa del municipio de San Pedro de Urabá, sea lo suficientemente bajo para hacerlo, vive Ceneris María Espitia.
Su vida no ha sido fácil, como la de muchos, pues además de ser víctima del desplazamiento, producto del conflicto armado, es madre cabeza de familia desde hace tres años y el único sustento de dos hijos, quienes por suerte, además de ser su apoyo, fueron la mejor inspiración para generar la idea de negocio que cambió su vida.
Y es que, al ver en ellos como estudiantes, la gran necesidad de tener conexión estable y de calidad al servicio de Internet, y la dificultad que les representaba pagar altos precios para desplazarse a un punto con red, esta comprometida madre toma la decisión de conseguir una antena de Internet satelital para su casa, la cual, cambiaría su vida para siempre.
“Es muy significativo como mamá que mi hija tenga cómo investigar sus trabajos a pesar de las dificultades actuales” fue uno de los primeros pensamientos de Ceneris al obtener su conexión a la red, pero luego, se dio cuenta que también podía solucionar la necesidad de muchos habitantes de su sector.
Tras descubrir la posibilidad de negocio y los beneficios que podía generar al ofrecer este servicio, crea su microempresa Digital CENE WiFi y posteriormente, inicia su formación dentro de Empropaz, donde ha encontrado herramientas clave para organizarse como empresaria y madre. “El programa me ha permitido ser mucho más organizada, confiar en mí y en mi emprendimiento y proyectar grandes cosas para mi familia y mi vereda”, menciona.
Con este proceso de formación, también ha encontrado la importancia de ampliar los beneficios de su negocio. “Tener mi propio local, organizar mi sala de internet con varios equipos y seguirle ayudando al colegio para que también tenga una buena atención en la parte educativa. Además, ofrecer diferentes servicios como: recargas, impresiones, fotocopias y tener elementos básicos del colegio a la venta” son solo algunas de las innovaciones que ha proyectado Ceneris para su naciente empresa, gracias al programa.
Pero más allá de aumentar sus ingresos económicos, una de sus mayores motivaciones para continuar es el cambio que genera en su territorio, dice: “lo más gratificante de tener este negocio para mí es aportar en la zona rural, estar más cerca del mundo…” pues es ella quien provee el Internet a la Institución Educativa La Cabaña, y a la vez, ofrece a los pequeños de la población un lugar idóneo para hacer sus deberes escolares.
Aún en este momento, cuando la coyuntura nacional ha impactado la demanda del servicio que ofrece, ella no tiene miedo, pues cuenta con el apoyo de su familia y del programa, por lo cual aconseja a todos que “las palabras sean de apoyo y de aliento, para engrandecer y no para empequeñecer”, ya que, en su caso, estas fueron el motor para iniciar esta aventura.
Además, invita a todos los emprendedores, a no desfallecer, a continuar con sus proyectos y a encontrar motivación en sus familias, porque sabe que así como ella, muchos microempresarios Empropaz hoy se mantienen sin pausa, trabajando por sus sueños y por el desarrollo de su comunidad.
Te invitamos a conocer sus testimonios de vida en nuestra sección “Historias”.

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