De acuerdo con las cifras más recientes reportadas por Confecámaras, tan solo el 40 % de las empresas continúan activas tras los primeros cinco años desde su creación y el 98 % de los emprendimientos que mueren al año en Colombia, son microempresas.
En Empropaz somos conscientes de las barreras que enfrentan los emprendedores y microempresarios durante su proceso de gestión, por eso hemos desarrollado nuestro programa de formación para el emprendimiento y servicios de finanzas productivas a toda marcha, sumando ya 58 municipios beneficiados.
Dentro de los aprendizajes impartidos a nuestros participantes, existen tres términos clave para orientar todo proyecto empresarial de manera estratégica: “Planear, Programar y Controlar”, pues resultan indispensables a la hora de administrar cualquier idea de negocio.
Te compartimos en qué consisten, aspectos fundamentales en cada etapa y cómo trabajar cada una de ellas al interior de tu empresa:
- Planeación:
Es la primera fase y base de todo proyecto. Esta consiste en elaborar una hoja de ruta donde se determinen las acciones a ejecutar durante un tiempo determinado, para dar cumplimiento a tus objetivos, anticipándote a diferentes situaciones o escenarios. Te recomendamos realizar este plan con proyección a un año como mínimo, estableciendo períodos de entregas. Realizar este proceso te ayudará a:
- Garantizar la continuidad de la empresa, ya que se centra en el futuro.
- Lograr el equilibrio entre capacidad de producción, fuerza laboral, inventarios y pronósticos de ventas.
- Ahondar en aspectos como la secuencia del proceso productivo, tiempos y métodos de operación, cuellos de botella, demoras, entre otros.
- Programación:
Esta segunda etapa se centra en la correcta ejecución del plan, por lo cual es el momento en que debes organizar las diversas acciones estratégicas estipuladas previamente y darles fechas de realización ejecutables. Ten en cuenta las siguientes recomendaciones a la hora de desglosar tu programación:
- Combina armónicamente los recursos de la empresa para crear bienes o servicios.
- Adjudica tiempos adecuados para desarrollar los procesos y así cumplir los plazos y volúmenes de entrega.
- Identifica en el proceso las limitaciones existentes, que puedan afectar el proceso o disminuir su eficiencia.
- Control:
Corresponde a la tercera parte del planteamiento estratégico, aunque conllevará un trabajo constante durante toda la ejecución del proyecto. Aquí debes definir cada cuánto y de qué forma medirás los resultados de las acciones programadas con base en tus objetivos o metas por cumplir. A la hora de definir tus actividades de control, recuerda que:
- Son acciones que se diseñan y establecen para mantener un adecuado seguimiento a los resultados.
- Deben permitirte prever o detectar errores y plantear soluciones oportunas, con el fin de mantener la eficiencia.
- Contempla el diseño de herramientas que miden los resultados.
Y con este práctico paso a paso es posible empezar a dar direccionamiento a tu negocio naciente, ¿qué esperas para continuar tu aprendizaje? Te invitamos a conocer más información de valor para llevar tu idea de negocio al éxito en nuestra sección web “Así se hace”.