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Mostaza Food, la sazón venezolana que enamora la capital del país

Entre las cosas que Bogotá puede presumir es su gran oferta gastronómica. Para nadie es un secreto que la ciudad cuenta con un gran abanico de alternativas en este aspecto; no hay barrio en el que los vecinos no disfruten de algún plato delicioso y de un local que se destaque entre los demás.
 
El barrio San Martín de Loba en la localidad de San Cristóbal no es la excepción, allí se ubica Mostaza Food, un restaurante de comidas rápidas que está deleitando a los habitantes de la zona y cuya clientela es -cada vez más- fiel a sus recetas.
 
Detrás de esta unidad productiva está la historia de Frederick Camargo, un emprendedor de 38 años, nacido en Barquisimeto, Estado de Lara en Venezuela.
 
Vale la pena destacar que este oficio no es nuevo para él, ya que durante nueve años tuvo un negocio de comidas rápidas en su país natal, pero en el 2014, ante la crisis de insumos que eran esenciales para la elaboración de sus recetas, debió cerrar su restaurante. Luego trabajó en diferentes oficios, pero el dinero no era suficiente para sostener a su familia; así que, como muchos otros, se aventuró a iniciar desde cero en Colombia, por lo que en el febrero de 2018 arribó con algo de dinero a Bogotá, donde lo esperaban unos compatriotas, quienes lo ayudaron con el hospedaje y dándole las primeras indicaciones para moverse en lo que eran tierras extrañas para él.
 
Frederick estaba dispuesto a trabajar en cualquier cosa, lo importante era empezar, así que su primer empleo fue como voceador de una feria escolar en el popular San Victorino. De allí, pasó a trabajar en el sector textil haciendo acabados para prendas de ropa. Estaba agradecido, pero sentía que no era lo suyo.
 
El surgimiento de ese sentimiento coincidió con el inicio de la pandemia, por lo que quedó sin trabajo. Pensó en la manera de hacer algún dinero para poder sobrevivir, entonces se dijo a sí mismo que la mejor manera era hacer algo alrededor de lo que le gustaba y en lo que ya tenía bastante experiencia ¡las comidas!
 
Aprovechó un grupo de WhatsApp de sus connacionales para ofrecer diferentes productos de su especialidad como Pepito, un sándwich icono de su país; perros calientes, empanadas, hamburguesas y sándwich, entre otros, donde inició con muy pocas ventas, pero su sazón le empezó a dar fama y las solicitudes fueron aumentando.
 
A ello, hay que sumarle su astucia empresarial. Frederick decidió no cobrar por los domicilios, su servicio era hasta altas horas de la noche, más o menos 11 p.m. cuando otros comercios ya habían cerrado, trataba que sus productos fueran lo más gourmet y saludables al no utilizar carne procesada y -una especialidad- eran sus cuatro salsas de tocineta, cheddar, maíz y ajo, que eran capaces de enamorar al más exigente paladar.
 
Su visión y conocimientos para ser exitoso lo llevaron a utilizar estrategias de mercadeo como las promociones entre semana y entregar productos por referidos. Este emprendedor estaba decidido a triunfar, así que caminó por las puertas del barrio dejando volantes y eso se tradujo a que sus ventas siguieran incrementándose.
 
Estaba feliz, logró posicionarse en lo que tanto había amado, pero si bien su negocio virtual iba ‘viento en popa’, deseaba tener una sede física de atención al público, como alguna vez lo hizo en Venezuela, así que empezó a idear la manera de lograr su meta empresarial.
 
En ese punto conoció a Empropaz, indagó por sus beneficios y se enteró del acompañamiento psicosocial, la asesoría para la creación de negocios y de la formación especializada, por lo que decidió formar parte del Programa.
 
“Empropaz me dio la confianza para desarrollar mi idea de negocio, por medio de un plan estructurado y el acompañamiento. A través de todas las herramientas adquiridas pude proyectar Mostaza Food, un emprendimiento que hoy es una realidad”, contó Frederick.
 
En diciembre de 2020, se dio la inauguración de la sede física, pero eso es solo el principio, ya que la idea es tener más sedes en Soacha y Bosa, todo con el fin de conquistar los paladares de toda Bogotá y sus alrededores.
 
Como él terminó su ciclo de formación con Empropaz, aplicó a un Crédito Semilla con Bancamía, entidad líder del proyecto, el cual fue aprobado y utilizado para ampliar la sede, además la modernizar su cocina con un freidor industrial de alto rendimiento, vaporizador para panes, una plancha, congelador y una báscula de al menos 40 kilos para medir la materia prima que le traen sus proveedores.
 
“Lo mejor de todo es que conmigo trabaja mi pareja; los fines de semana vienen dos compatriotas más a laborar con nosotros porque son días de alta demanda. La idea es seguir creciendo y dando trabajo a más personas”, expresó Frederick.

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