Panelitas de mi Pueblo es un emprendimiento que en sus primeros meses ha logrado posicionarse de forma contundente en Turbo, el Urabá y hasta en el extranjero. Como su nombre lo indica, el producto estrella son panelitas, pero el secreto está en una preparación diferente y artesanal que conocen muy pocas personas.
Detrás de la marca está su creadora, Andrea Ferrer Monsalve, una antioqueña de 30 años y oriunda de Bello. Ella, entre su espíritu pujante, emprendedor y algo de suerte, han forjado un emprendimiento que está enamorando paladares y promete convertirse en una gran empresa.
Creció entre Medellín y Turbo, ya que, por trabajo, su madre debió mudarse en un par de ocasiones. Finalizó el bachillerato en la Ciudad de la Eterna Primavera y se inclinó por hacer una carrera técnica en Gestión Administrativa y Comercial en la Universidad Uniremington. A sus 18 años fue madre por primera vez, por lo que decidió dedicarse al oficio de ama de casa y al cuidado de su bebé.
Así transcurrieron los años, hasta que, en el 2017, dispuso que era momento de ser más activa y generar ingresos, por lo montó su primer emprendimiento, un almacén donde comercializaba accesorios para peluquería y productos de belleza. Después de dos años y medio de arriesgarse por un negocio propio, quedó embarazada nuevamente; entonces pensó y quiso dedicarse al cuidado de su nuevo hijo, por lo que vendió su unidad productiva.
A los pocos meses del nacimiento de su bebé, se dio cuenta que era una mujer proactiva y que no quería dejar perder su espíritu pujante, por lo que empezó a idear en qué otra actividad económica podría emprender de nuevo.
Por cosas de la vida, viajó de Medellín a Turbo a visitar a su abuela. “Ella prepara unas panelitas con un método que casi nadie conoce y lo hace desde hace 50 años. Ha si toda una tradición para mí. El proceso lo saben ella y – tal vez- otra persona de la región; yo quería llevar para Medellín y tener en la casa. La convencí para que preparara porque por su edad casi no le gusta, como una amiga me acompañó les tomó unas fotos y las subió a WhatsApp, de inmediato las personas le empezaron a preguntar dónde las podían conseguir, porque ya casi no se veían, son artesanales. Entonces hablé con mi abuela para que me enseñara el proceso y venderlas a esas personas”, narró Andrea.
Y así, entre la fortuna y el empuje paisa, comenzó el destino de Panelitas de mi Pueblo. Para su suerte, Andrea cuenta con bastantes seguidores en redes sociales, razón por la cual al publicar el producto se volvió viral en cuestión de un corto tiempo, pasaron de producir mil panelitas en 15 días a hacer la misma cantidad en una semana; siguieron teniendo éxito y alcanzaron en cuestión de meses la elaboración de mil diarias.
Crecimiento que da orgullo
La emprendedora narra que una tía le prestó la cocina para comenzar, ahora, el emprendimiento tiene su propia cocina para elaboración y casa para la comercialización. Asimismo, hay dos mujeres que le ayudan en el trabajo, por lo que se siente orgullosa que en un mismo año se esté generando empleo y tenga un punto físico propio.
“Ahora que soy madre de hogar entiendo la responsabilidad de muchas mujeres. Las personas que contrató también son mamás que responden por sus hogares. La marca se ha posicionado muy bien y las ventas prácticamente se han cuadruplicado desde que se estrenó la unidad productiva”, expresó Andrea.
Ella, está realizando un proceso de formación especializada con Empropaz, por lo que agradece al Programa los conocimientos que ha adquirido sobre manejo de finanzas, temas de innovación, pero -sobre todo- destaca el acompañamiento que le su ODP (asesor) le ha brindado. “Mi asesora da muchas ideas en la parte de marketing y publicidad, me hace ver las fallas que se cometen y eso es clave. Realmente me gustaría que todos los días me visitara, cada vez que me reúno con ella sale algo muy productivo para implementar en el negocio”, indica.
Alcance internacional
Las panelitas han tenido tal acogida que se han vendido a países como Panamá, España, México y Estados Unidos, ya que por las redes sociales colombianos que viven en el exterior ven el producto y piden que se los envíen a alguna ciudad donde vivan familiares; son ellos quienes les hacen llegar el pedido a su destino final.
“Yo me visualizó siendo la marca más conocida de la región y tengo ese propósito. Deseo que el producto sea muy reconocido y tan tradicional de la región que todos los turistas que vengan al Urabá, ya sean de Colombia o del extranjero, se quieran llevar las panelitas y prueben nuestro dulce en leche, que es nuestro otro producto”, concluyó Andrea

‘Chocoviana’, la muestra del talento joven en Chigorodó
Conoce más del proceso de emprendimiento de ‘Chocoviana’ y cómo ha pulido sus procesos gracias a Empropaz, ¡una muestra de talento joven en Chigorodó