Son incontables las historias de jóvenes que a temprana edad se enamoran y creen que han encontrado el amor de su vida. Así le pasó a Yorlady Escobar Baldeón, una mujer que a sus 19 años fue madre primeriza y se fue a vivir con el papá de su hijo, con la esperanza de vivir un cuento de hadas. Hoy a sus 48 años narra su vida.
Lastimosamente, la historia no fue tan dulce y más bien tuvo un sabor amargo. En ese matrimonio, ella sufrió -junto a sus hijos- violencia doméstica, lo cual le trajo fuertes problemas emocionales. Decidió, con valentía, separarse e iniciar un nuevo camino sin la seguridad que le iba a deparar la vida más adelante.
Cuenta que tuvo que sacar coraje para mostrar templanza ante sus hijos, por eso empezó a realizar oficios varios: trabajó en costura, eventos sociales, haciendo arreglos florales y de globos, incluso, laboró en construcción y ebanistería. Después de buscar desempeñarse en diferentes industrias, creyó que era la hora de ser independiente y se arriesgó a realizar sus propios negocios, así fue como en el 2014 junto a unos conocidos, empezaron un negocio, pero -de nuevo- la vida no le sonrió y fue engañada, situación que la llevó a ser amenazada y por lo que tuvo que renunciar a la idea de emprender y salir huyendo de Santander de Quilichao con destino a Bogotá.
Cuando llegó a la Capital de la República, prácticamente estaba en la calle con sus hijos y su madre, en ese momento acude al programa de la Unidad de Víctimas, donde recibe ayuda y asesoría. Después de dos años en la ciudad, para el 2016, decide regresar a Santander de Quilichao. Un amigo, le regala una máquina de coser e inicia una nueva unidad productiva.
Toma un nuevo rumbo lleno de paz
En esa nueva etapa, esta mujer que nunca ha renunciado a sus convicciones, decidió culminar sus estudios de bachillerato a los 40 años, además, lo hizo junto a su madre. Todo marchaba bien, teniendo su negocio como costurera participó en el programa del gobierno Mi Negocio, que le permitió financiar equipos de trabajo. Al mismo tiempo, volvió a enamorarse y conoció a su nueva pareja. ¡La vida le daba la paz que tanto buscaba!
Llegó la pandemia y con ella las complicaciones que vivieron la mayoría de los colombianos, entonces debió cerrar su unidad productiva, pero su nuevo amor le enseñó las habilidades necesarias para trabajar la madera y elaborar productos de la misma. Entre los dos empezaron a idear la creación de un negocio dedicado a ello, precisamente, en ese momento, ella conoce a Empropaz por medio de una amiga y se inscribe para hacer parte del Programa.
Con lo aprendido en el Programa durante su etapa de formación, ella logra materializar la idea y crea su emprendimiento junto a su compañero sentimental, con lo que inician ‘MARI K DITAS, diseños en madera’, que se dedica a la producción y comercialización de artículos en madera personalizados. “En la actualidad tenemos una gran variedad de productos. Por ejemplo, desarrollamos mesas, repisas, percheros, portallaves, portacascos, objetos decorativos y hasta productos para la cocina. Ya llevamos dos años en el mercado y seguimos creciendo en posicionamiento”, contó Yorlady.
Asimismo, explicó que Empropaz ha sido vital para poder organizar las finanzas del negocio, además que aprendió, por medio del Programa, la fórmula para poner precio a sus artículos, teniendo en cuenta lo que debe invertir en insumos y en tiempo de elaboración, ya que en sus negocios anteriores no lo hacía.
“También me han ayudado a manejar técnicas de mercadeo como las redes sociales, lo cual va muy enfocado a nuestro objetivo de posicionarnos y -realmente- es muy beneficioso. Empropaz ha sido un aliado para construir nuestro sueño”, aseguró la emprendedora.
Bancamía, entidad líder del programa, la benefició con un crédito que le permitió adquirir más herramientas para el taller y poder trabajar la madera de mejor manera, con el capital compró otros implementos como tornillería, tablas y pinturas, ayudándola a impulsar su negocio.

‘Chocoviana’, la muestra del talento joven en Chigorodó
Conoce más del proceso de emprendimiento de ‘Chocoviana’ y cómo ha pulido sus procesos gracias a Empropaz, ¡una muestra de talento joven en Chigorodó