Desde hace un poco más de un año, Cindy Perea se aventuró a emprender sin importarle tener un limitante visual y, hoy por hoy, reconoce que fue una muy buena decisión. Conoce sus retos, logros y proyección a futuro con su negocio de venta de pulpas de frutas y pollos, que más adelante planea registrar como ‘Productos La María’, en honor a su abuela.
Cindy Perea vive en su finca familiar ‘Si Nos Dejan’ en la vereda Churidó Medio, ubicada en el municipio de Apartadó. Con 31 años se animó a emprender gracias al ejemplo que le ha dado su mamá, Cruz Eneida Perea, quien perdió la vista debido a la degeneración macular, una enfermedad ocular que deteriora una parte de la retina e impide la visión.
Esta enfermedad progresiva la heredó Cindy. Por eso, con el tiempo, le cuesta ver un poco más; sin embargo, ha logrado sacar su emprendimiento adelante. “Mi mamá me dijo que no podía quedarme esperando a que el viento me lleve. Ella ha sido una mujer echada pa’ delante y yo no podía quedarme ahí, me decía ‘sea berraca como su mamá’ y si mi mamá pudo, que no tiene nada de visión, ahora yo”, dice optimista.
De la mano con Empropaz
Kelly Ramos, asesora socioempresarial de Empropaz, llegó a su finca el año pasado por recomendación de una vecina de Cindy. Para ese entonces, ya sacaba algunas frutas de sus plantaciones y un tercero las comercializaba, pero de manera informal.
Con el programa, Cindy identificó el potencial de esta pequeña unidad productiva de frutas y pulpas de borojó, mango y guanábana; además de complementarlas con pollos de engorde, pues comenta que conseguir trabajo con su limitación visual no es nada fácil.
El éxito del acompañamiento de Cindy radica en su buena voluntad, disciplina y ganas de salir adelante, explica Stephanie Baos, su asesora financiera. Es muy organizada en sus finanzas, por lo que pudo acceder a un crédito semilla con Bancamía, a través del programa, el cual invirtió en la compra de 100 pollos y su alimento de forma escalonada: ¡En un año sus ventas aumentaron casi cinco veces!
Así mismo, con Kelly y Catalina Suárez, asesora en desarrollo comercial, Cindy ha aprendido a realizar las actividades indispensables para su día a día: crear estrategias de ventas, abrir nuevos mercados y llevar un registro de presupuestos, costos, gastos e inversión, así puede saber cuánto gana.
También participó en Merca Lo Nuestro en Apartadó, lo que le ayudó a conseguir clientes fijos para sus productos, y recibe las visitas de un asesor técnico agropecuario de Empropaz, quien le hace recomendaciones sobre su cultivo para incrementar su productividad.
De todas maneras, con Empropaz no solo ha logrado un avance importante en el tema económico, sino también en el ámbito emocional. “Yo era una mujer que tenía muchas dificultades para empatizar con los demás, tener un diálogo, un poco antipática, no me gustaba pedir ayuda. Hoy me considero una mujer guerrera, luchadora que, a pesar de su limitación, ha aprendido a salir adelante”, cuenta Cindy.
Algo en lo que concuerdan sus asesoras: Kelly, Stephania y Catalina, es que Cindy tiene una gran iniciativa y optimismo, siempre ve soluciones y formas de seguir luchando por sus sueños. Mientras que Cindy resalta el trabajo de sus asesoras: el acompañamiento, el respeto hacia su condición, la calidad humana y la capacidad para acogerla.
Motivaciones y retos
Cindy explica que su mayor motivación y apoyo son su mamá y su hija. De hecho, su mamá en el pasado había tenido un galpón de pollos, que es el mismo espacio reformado que utiliza hoy Cindy; su mamá le ayudó a adecuarlo de nuevo.
Su hija de 11 años, Stephannie Lucía Perea, la ayuda escribiendo el registro financiero y manejando el celular, además llama a los clientes que Cindy le indica para poder hablar con ellos.
A veces se presentan retos adicionales a los que llegan con la labor de emprender. Por ejemplo, ha sido complejo porque “antes podía hacer todo lo que yo quisiera y no había problema, uno va viviendo la vida rápido, pero con esta limitante sé que hay que disfrutar lo que se hace poco a poco”. Hoy entiende que cuando necesita ayuda debe solicitarla, así que a veces su hermano le ayuda en la comercialización.
El futuro: ‘Productos La María’
Cindy está pagando juiciosamente su crédito semilla, por lo que espera que en el futuro pueda acceder a un nuevo crédito para seguir creciendo. En este momento, ahorra para comprar el congelador para sus pollos y pulpas, pero también anhela reemplazar el cacao de la finca por uno que sí pueda venderse, pues el actual tiene más de 25 años y no es apto.
Crecer es su objetivo principal, para avanzar, para salir adelante, para mejorar el lugar donde vive y para darle una mejor condición de vida a su familia, Cindy dice que lucha por ellos. Su prioridad es ser un modelo a seguir para su hija y que la vea como Cindy ve a su mamá.
‘Productos La María’, así planea nombrar este sueño cuando esté más consolidado, en honor a su abuela, quien llevaba el mismo nombre.
A otras personas que quieren emprender les dice: “Sí se puede emprender, no se dejen llevar porque tengan una limitación o porque no hay dinero, todo lo que uno quiere hacer en la vida lo puede lograr, siempre y cuando tenga la convicción. Al principio es duro, pero de ahí en adelante es seguir y persistir”, declara Cindy.