Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Hablemos

Emprender en pareja, un proyecto que une los sueños de dos migrantes alrededor de construir una vida en Colombia 

Cuando de conquistar el paladar se trata en la localidad de Bosa, de la capital del país, muchos conocen el emprendimiento y los pasteles que son elaborados en el negocio de Maryann de Acosta y José Gregorio Acosta Monasterios, una pareja que lleva 18 años juntos y quienes a pesar de las adversidades siempre han hecho realidad sus sueños.

Maryann y esposo, al igual que los millones de migrantes venezolanos que han llegado en pareja a Colombia, quieren brindarles a sus hijos una mejor calidad de vida. Aunque su recorrido no ha sido fácil, han sobrepasado todos los obstáculos que se le han presentado en la vida y en los negocios.

En Caracas, Venezuela, lugar del que es oriunda Maryann, lideraron una microempresa durante más de cinco años, “este era un sueño hecho realidad, hacíamos pasteles y se vendían solos, nos íbamos con nuestras neveras rotuladas a recorrer las calles de la ciudad”, pero por las difíciles condiciones de su país, se vieron obligados a migrar.

En un inicio, la travesía fue encabezada por su esposo, el cual el 28 de julio del 2018 decide viajar a Colombia, en donde empezó a tocar las puertas y a “tantear el terreno”. Al principio trabajo en lo que le saliera y enviaba dinero a su familia, pero le costaba soportar las necesidades de Maryann y sus tres hijos a la distancia, además de las suyas en Bogotá.

Al estar próximos a San Valentín, Maryann resalta que una de las decisiones más complejas en su vida ha sido separarse de su esposo, por lo cual como pareja se pusieran un tiempo máximo de estar separados.

Pasados seis meses Maryann dice: “O se va o se viene”, nombre que le pondrá al libro que está próximo a lanzar, y de esta manera se propusieron reencontrarse al poco tiempo en la capital. Su llegada no fue fácil, pues pasaron noches eternas

buscando donde dormir porque les cerraron muchas puertas por tener hijos, pero no perdió la fe.

Su primer empleo fue en los buses de Transmilenio, vendiendo galletas, las cuales había comercializado en Venezuela, sin embargo, esto era algo que no la hacía sentir cómoda “ella sabía que estaba hecha para grandes cosas”.

En cada una de la subidas y bajadas de los articulados, Maryann profesaba la palabra, lo cual permitió que hiciera muchos contactos. Fue justamente en medio de una conversación en el transporte público que alguien le habló de una convocatoria abierta para migrantes venezolanos que tenía en ese momento Empropaz y a la que asistió sin imaginarse el impacto que esa decisión tendría en su vida y la de su familia. “El Programa me brindó desde el primer momento respaldo, confianza y capacitación, pero lo que más marcó mi vida fue que recibí acompañamiento emocional, un apoyo que me sirvió para vivir el duelo de la migración y mejorar mis vínculos con mi esposo e hijos”, aseguró la emprendedora venezolana.

En el año 2020, y gracias al crédito que le brindo Bancamía después de cumplir un proceso de estructuración de su negocio con la asesoría del Programa, creó su emprendimiento ‘Delicioso evento’, por medio del cual volvió a cocinar y comercializar lo mismo que en Venezuela e incluso amplió su oferta. A la fecha su microempresa ofrece refrigerios para organizaciones y entre su portafolio de productos incluye: pasabocas dulces y salados, comida saludable y colombiana.

Con los conocimientos que adquirió de Empropaz aprendió junto a esposo a manejar las redes sociales y su negocio ya cuenta con Instagram y Facebook, los cuales se convirtieron en sus principales canales de ventas. También adquirió habilidades que le permitieron tener un manejo de sus costos, creó roles, porque a pesar de ser una microempresa familiar, cada uno debía cumplir una función, y también implementó tiempos de ejecución en la operación para cumplir con los pedidos de forma eficiente.

“A pesar de lo complicado que es migrar, sé que lo que he logrado hoy es por el amor de familia, tengo la certeza que la unión familiar es el secreto para emprender con éxito. Además, encontrar un programa que se convierta en el aliado cuando uno llega solo, sin nada, hace que uno aprenda todos los días y sepa si está haciendo bien las cosas” concluye Maryann.

De la misma forma que se beneficiaron Maryann y José, EMPROPAZ ha llevado formación empresarial, inclusión financiera y orientación socioemocional a 3.618 migrantes venezolanos en más de 20 municipios afectados por la violencia y la pobreza. Ellos hacen parte de los 7.300 venezolanos, 55% mujeres, atendidos por Bancamía con más de 11.200 productos financieros. **Cifras a 31 de diciembre de 2022

¡Conoce nuestras convocatorias!

Inscríbete aquí.

Si tienes más dudas contáctanos

Corporación mundial de la mujer Colombia

Corporación mundial de la mujer Medellín

En alianza con: