José Villamizar, un emprendedor lleno de experiencia y amor por el conocimiento

“Hago parte de Empropaz y de The Trust for the Americas porque siempre me ha gustado capacitarme, pero –además- quiero que las personas y mi familia vean en mí en un espejo. Si yo puedo seguir aprendiendo a mis 73 años, ellos también tienen la capacidad de hacerlo y tomar ese mismo camino. Al final la edad no importa”, asegura José de Jesús Villamizar.
 
Este hombre nació en Salazar de las Palmas en Norte de Santander. Cuenta que tuvo una infancia feliz y creció al cuidado de sus padres y diez hermanos más. Eran una familia del campo, por lo que asistió a la escuela rural e iba aprendiendo los oficios de la agricultura y del trabajo campesino, pues en la finca de su padre se producían productos como  café, caña y plátano, entre otros.
 
Cuando tenía 21 años, el padre de José tuvo una calamidad y se vieron en la obligación de vender la finca. Se mudó a Cúcuta donde encontró trabajo como ayudante de construcción, después de dos años fue promovido a oficial de segunda. Gracias a su dedicación pudo lograr un contrato más formal y siguió laborando en obras durante siete años más.
 
Para 1.982 escuchó que el Sena estaba realizando un curso de Implementación de Construcción, se motivó y deseaba conocer más de su oficio para fortalecer su perfil y mejorar en su labor. Así que se matriculó en el centro de aprendizaje y no desperdició esa oportunidad, durante dos años hizo los estudios y recibió el título de Tecnólogo en Obra Civil.
 
Nada detenía el ímpetu de José. Era trabajador, estudiaba cuando se daba la oportunidad y era padre de una hija (la primera). Su segundo hijo llegó en 1984, así que eran una motivación más para seguir adelante. En la actualidad es padre de nueve hijos: cinco hombres y cuatro mujeres.
 
Al culminar el curso del Sena, trabajó en el sector constructor por diez años más para completar un total de 19 años. Algo le decía que podía ir aún más lejos, con los ahorros que tenían con su esposa y decidieron tomar cursos en el Sena durante seis meses. Ella lo hizo en Diseño Textil y él en Creación de Microempresas.
 
Un nuevo rumbo
 
Culminaron sus estudios de forma exitosa y tomaron la ruta del emprendimiento. En 1992 abrieron un taller de confección con algunas máquinas, lograron una estabilidad y empresa fue parte de sus vidas hasta el 2010, cuando comenzó la crisis en Venezuela, ya que la gran mayoría de sus clientes eran del vecino país, pero con la devaluación del Bolívar no les podían pagar las deudas de la mercancía que tenían con ellos.  
 
Buscó otros mercados en las regiones colombianas, aunque no hubo buenos resultados. La empresa quebró y, aunque fue un duro golpe para el emprendedor, no dejó que se quebrantara su espíritu.
 
Encontró una alternativa de negocio al comprar una parcela y –de esa manera- volvió a sus inicios y labores de niño campesino. Desafortunadamente, por su estado de salud, no tuvo otro remedio que retornar la ciudad y dejar de lado su esencia agricultora. Nuevamente a empezar de cero.
 
Ya siendo el 2017, con un alma inquieta y una mentalidad particular que lo incitaba a estar en constante aprendizaje, volvió al Sena a realizar un curso de Manipulación de Cárnicos y Embutidos. Con lo allí aprendido, inició la comercialización de embutidos con sus vecinos, aunque la mala suerte volvió a aparecer, esta vez fue el inicio de la pandemia. No podía salir de su casa a comprar lo necesario para seguir con ese negocio así que lo dejó de lado.  
 
Estando en su casa, en el municipio de los Patios, en el área metropolitana de Cúcuta, recibió una llamada que le cambió la vida. Le ofrecieron la oportunidad a formar parte de Empropaz en Línea, una idea que lo puso muy contento y no dudo en hacerlo, ya que podría recibir formación especializada sin tener que salir de su hogar.
 
“Primero me capacitaron en el manejo de las herramientas para tomar las clases, algo muy necesario porque yo no conocía todo lo que se podía hacer con un celular. Ahora, conozco las aplicaciones digitales que puedo tener en un dispositivo móvil. En todo el proceso me brindaron un gran acompañamiento, con paciencia y con una dedicación clave para que personas como yo finalicemos los cursos y no nos quedemos en el camino”, narra José.
 
Ese acompañamiento, señala, le dio la fortaleza para empezar a investigar por internet y buscar la alternativa de volver tener una unidad productiva propia. Recuerda que había escuchado sobre producción hierbas aromáticas, aliños, salsas y mermeladas, por lo que indagó al respecto.  
 
Después de investigar, compró una máquina para poder desarrollar su nuevo emprendimiento con hierbas aromáticas.  José los seca, pulveriza y empaca, con el fin de comercializarlos a restaurantes, panaderías y otros negocios, donde sus productos más apetecidos son el jengibre, comino, pimienta, canela, laureles, tomillo, orégano y ajonjolí, entre otros.
 
“Estoy contento con Empropaz y con ‘The Trust For The Americas’, en la actualidad estamos aprendiendo de marketing digital. Eso me ayudará a potenciar mi negocio por redes sociales. Empropaz y la persona que me guía me hicieron caer en cuenta que debía tener un nombre para mi negocio, entonces pensé: Sí existe un Juan Valdez, puede existir un Productos Naturales Don José. Así me lo imaginé”, cuanta a manera de anécdota.
 
A sus 73 años, este emprendedor está vinculado dos mundos que para él eran alejados como el ámbito digital  y su experiencia en el campo, algo que fue posible, según José,  al trabajo con Empropaz en Línea que le permitió tener ideas para el desarrollo de su negocio y adquirir habilidades empresariales, a lo que se suma el proceso de formación que está llevando en marketing digital. Sin duda es un ejemplo de perseverancia y que nunca es tarde para emprender.