“En el 2012, ingresé a un grupo afro llamado Harembee, es una palabra suajili que significa ‘Hacer juntos la voluntad de Dios’. Es un espacio juvenil de la parroquia Divino Eccehomo de Turbo. Allí aprendí mucho sobre la identidad de mi comunidad y fortalecí los saberes sobre el tema; a raíz de ese conocimiento, empecé a soñar con un emprendimiento que revindicara la historia de los turbantes y que eliminara estigmas”. Así nació la idea de negocio de Yusney Córdoba.
Ella, nació en Turbo, Antioquia, lugar que la vio crecer junto a sus padres y dos hermanas. Hizo bachillerato y lo culminó en el 2011. Tenía un gusto por la Psicología que la llevó a estudiar esa carrera en la Universidad Uniminuto, programa que terminó de manera exitosa en el 2017 y se convirtió en Psicóloga.
Al graduarse como profesional buscó trabajo en su área, pero no tuvo suerte. Como el modelaje era una de sus pasiones y desde niña tuvo la oportunidad de ser Miss Urabá (2015) en unas tradicionales fiestas de Necoclí y fue la imagen del centro comercial Plaza del Río, determinó trabajar como modelo y participó en pasarelas durante un tiempo.
A pesar de moverse entre una de sus grandes pasiones, seguía empecinada en ejercer su profesión; la vida le dio la oportunidad y le ofrecieron un trabajo psicosocial en el municipio de Murindó, allí estuvo un par de meses, pero tuvo que regresar a su tierra natal, ya que la situación en la zona donde laboraba tenía problemas de orden público.
Al estar en Turbo, nuevamente, realizó distintos trabajos para sostenerse financieramente. Las puertas se abrieron de nuevo como psicóloga y ocupó el cargo asesora de resiliencia en un colegio del municipio. Después, con más experiencia, fue delegada de la zona para el censo del DANE y, en el 2020, pasó a ejercer como psicóloga en un centro nutricional.
Después de ganar más experiencia allí, se quedó sin trabajo. Como siempre quiso emprender y había podido ahorrar durante los años transcurridos como psicóloga, consideró que era el momento de cumplir ese objetivo.
En la ruta del emprendimiento
“El quedarme sin trabajo me llevó al momento de montar mi negocio. Arranqué con 600 mil pesos, siempre me mentalicé que cuando fundara mi empresa ‘Wuayela’, debía hacerlo con su logo, el empaque y su marquilla, eso fue lo primero que hice. Abrí las redes sociales, compré telas importadas 100% de algodón africanas y comenzó todo”, cuenta Yusney.
Ella, agregó que cuando fundó oficialmente su unidad productiva el 9 de febrero de 2020, poco antes de iniciar la pandemia, algo iba a resultar fundamental para que el emprendimiento subsistiera en las cuarentenas; cinco días después del lanzamiento, ingresó a formar parte de Empropaz y -de esa manera- recibió formación especializada y asesoramiento.
“Cómo podía ser que empezara una empresa y también arrancara una pandemia. Me deprimí bastante y dejé todo quieto. Fue un momento supremamente complicado y me desinflé, pero mi ODP de Empropaz fue clave. Ella realmente me motivó y me daba ideas para moverme. Me llamaba la atención para que publicara en las redes sociales y me decía que esa era mi plataforma principal de ventas, recapacité y tomé un segundo aire, ahí me decidí a intentarlo de nuevo”, recordó la emprendedora.
Yusney, asegura que gracias al Programa pudo ser valiente durante la pandemia. Eso, sumado al aprendizaje en distintos temas como innovación que les dieron en Empropaz, la hizo entender que debía diversificar su portafolio y lanzó una línea de crop top, los cuales son un éxito en ventas.
Durante la celebración de los 181 años de Turbo, se hizo la feria Urabá Emprende, Yusney la aprovechó para lanzar su segunda colección llamada ‘Esencia de la Diversidad’, en la que -precisamente- estrenó su línea de crop top, con nuevas telas y diseños. Los asistentes quedaron fascinados y ella vendió todos sus productos.
“Quiero que la gente comprenda que tengo emprendimiento pedagógico, cuando yo vendo un turbante no vendo un pedazo de tela, estoy vendiendo una historia. ‘Wayela, una identidad, un estilo’, está basado en expresar los saberes de comunidad y revindicar la historia de los turbantes, los cuales por mucho tiempo han sido estigmatizadas con las mujeres afro, hemos sido señaladas. Se piensa que esas prendas solo las utilizan las mujeres que venden frutas, las palanqueras o mujeres que laboran en servicios de aseo. Mi meta es romper ese estigma social”, concluyó Yusney.

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