“En la puesta en marcha de todo proyecto novedoso e innovador a manos de un emprendedor existe un paso previo: la actitud emprendedora. Las ideas que funcionan y que se materializan en algo útil no surgen de la nada ni aparecen por generación espontánea; las buenas ideas con capacidad de transformar la realidad nacen porque previamente existe inquietud, curiosidad, creatividad y predisposición a pasar a la acción”.
Así lo asegura un informe de PWC, una de las consultoras más reconocidas a nivel mundial. Si bien emprender puede ser un camino largo, sin duda, resultará gratificante cuando empiezan a darse los buenos resultados.
Empropaz presenta algunos consejos para convertir las ideas en emprendimientos sólidos:
- Gran parte del secreto está en la creatividad: un primer paso elemental es tener un cambio de actitud; cualquier idea nace cuando las personas piensan y actúan con inquietud, lo que abre un panorama para elegir el que quieren hacer y hacia donde ir.
- Siempre tener iniciativa: iniciar un negocio tendrá múltiples retos y traerá consigo algunas dificultades; lo importante es identificar los problemas para tomar la ruta más práctica a las soluciones, pero por difícil que sean nunca, se puede renunciar a la voluntad y a la actitud que para superar los desafíos y llegar a triunfar.
- Nunca temerle al riesgo: uno de los peores escenarios para un emprendedor es no lanzarse a lo desconocido, siempre hay que tener voluntad para experimentar. Emprender es una tarea en donde lo único seguro son las ganas y la ambición por cumplir los objetivos, por ello no se debe tener miedo a ir más allá y salir de la zona de confort.
- Formación en diferentes asuntos: para triunfar en el ámbito empresarial se pueden desarrollar habilidades y actitudes como el liderazgo, la comunicación y la tolerancia a la frustración, que si bien muchos no las tienen de manera innata con procesos de formación de pueden desarrollar y generar buenos resultados.
- Honestidad para sí mismo: desde un inicio hay que comprender que emprender requiere de una gran responsabilidad y es un riesgo que supone generar una cultura de virtud y responsabilidad, de esa manera, se aumentará la posibilidad que los negocios creados se sostengan en el tiempo. Se debe hacer una estructuración y planeación, y ser claro consigo mismo, da la capacidad de ofrecer un servicio innovador y entregar valor a los posibles clientes.
Emprender puede ser una experiencia llena de aprendizajes y -a la vez-, retadora, pero si desea transformar una idea en una unidad de negocio, es esencial, tener la capacidad de generar valor añadido y el diseño de proyectos interesantes que sean atractivos para posibles inversores.