Gloria Patricia Medina Chiribí creció en el municipio de Paujil, en el departamento del Caquetá, junto a sus padres y sus cuatro hermanos. Con tan solo 15 años dejó el colegio y tomó la decisión de irse a vivir con su pareja, Erminso Aldana, con quien tuvo su primer hijo.
Desde muy joven, Erminso desarrolló una pasión por las motos, ya que desde los 14 años trabajó en un almacén para la comercialización de productos y arreglo de motocicletas, el cual era propiedad de su tío. Ese particular gusto por las “dos ruedas” se lo transmitió a su novia, quien también le tomó gusto.
Transcurría el año 2000 cuando a causa de la violencia, tuvieron que desplazarse a Bogotá donde intentaron encontrar mejores oportunidades, sin embargo, su paso por la capital no fue fácil y tuvieron que establecerse en el Llano donde sobrevivieron por un tiempo, pero al final prefirieron regresar al Paujil.
Al retornar a su tierra, Gloria siguió ejerciendo las actividades del hogar, pero en el 2015 algo en su interior la convenció de finalizar con una tarea que tenía pendiente: su bachillerato. Así que se trazó el objetivo de culminar los grados que le faltaban; validó y obtuvo su diploma, para después realizar una capacitación en sistemas en el SENA. Cuando estaba logrando un nuevo rumbo en su vida, quedó embarazada de su segundo hijo.
Ante esa circunstancia, comprendió que era el momento de contribuir económicamente en su casa para brindarle un mejor futuro a sus dos hijos, por lo que decidió vender diferentes productos: ensaladas para almuerzos, pulpas, calzado y todo lo que le permitiera trabajar desde su casa para cuidar de los menores. En las noches, después de la jornada laboral, junto con Erminso, entre tantas charlas, hablaban de cómo lograr progresar y surgió la idea de emprender, por ejemplo, colocando un almacén para motos, ya que los dos compartían el conocimiento y la pasión por el tema.
La oportunidad y el momento indicados
Fue así como en el 2019, Gloria escuchó sobre las capacitaciones que estaba dando EMPROPAZ en la región, se propuso indagar al respecto y en marzo de ese año, inició su proceso de formación: “Aprendí sobre diferentes temas. Fue emocionante ver la disposición de las personas para ayudarme y eso me permitió encaminarme a cumplir todos los sueños y metas que me había planteado. Algo que me gustó bastante fue adquirir conocimientos de cosas que me servirán para mi unidad productiva, por ejemplo, el llevar las cuentas de forma correcta, entender las diferentes funciones o áreas de una empresa, sobre la creación de estrategias para competir en el mercado, el cómo ganar clientes y la importancia de tener planes de negocio”.
Gracias al aprendizaje alcanzado, Gloria y su esposo decidieron que el momento de abrir su negocio de venta de repuestos y mantenimiento de motos había llegado. Asimismo, como ella finalizó el proceso de EMPROPAZ de manera exitosa, Bancamía, entidad líder de la iniciativa, le aprobó un capital semilla que les permitirá tener recursos suficientes para poner en marcha el emprendimiento.
“Sin duda, lo más importante que me enseñaron fue a crecer como persona, a creer lo que puedo hacer como mujer, a desarrollar todas mis habilidades y a tener seguridad para la toma de decisiones. A veces las mujeres tenemos ese miedo y ahora soy más abierta y tengo confianza en lo que viene, miro hacia adelante”, concluyó la emprendedora.

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