La industria bananera es una de las primeras fuentes de ingresos para la economía nacional. De acuerdo con el Ministerio de Agricultura, desde 2015 hasta la actualidad, Colombia produce 2,1 millones de toneladas de banano al año. Es una actividad con un impacto económico tanto como ambiental, dado el uso de fertilizantes, plásticos y agroquímicos que afectan los suelos y el aire.
Ante este panorama, resultan valiosas iniciativas como Manos Laboriosas, que se encarga de recolectar la cepa de plátano y convertirla en un elemento útil para la sociedad, desde la vereda Las Camelias, corregimiento de Turbo, Antioquia.
Allí, Argenida Fuentes, madre de tres mujeres y un hombre, encontró la forma de innovar en el mercado. A sus 52 años, y después de participar en diferentes encuentros culturales, comenzó con esta microempresa dedicada a la elaboración de productos con cepa de plátano.
El inicio de Manos Laboriosas
La cepa de plátano es un recurso natural que se obtiene del cortado de los racimos del mismo y que sirve para hacer canastos, petacas y artículos de decoración.
Argenida aprendió a trabajar esta cepa junto con diez mujeres desde 2008 y hoy producen canastas, individuales, correas, billeteras y una amplia gama de elementos decorativos para el hogar.
La sostenibilidad, el eje central de su producción
Al usar la cepa, Argenida evita que esta materia prima se pierda. En su proceso de preparación la desinfecta, la seca al sol y elige la mejor para la fabricación de sus productos.
En promedio cada artículo fabricado por Manos Laboriosas tiene una vida útil de cinco a seis años. Estos se pueden lavar con agua, jabón, blanqueador y posteriormente dejarlos al sol y, aún así, seguirán intactos. Luego de cumplido su ciclo de vida, estos pueden reciclarse para fabricar otros productos.
Empropaz, como impulso a su negocio
Argenida conoció en enero de 2020 a Empropaz. Ella necesitaba adquirir nuevas técnicas y desarrollar sus capacidades para saber presentar su producto, y venderlo. “Empropaz fue el primer impulso que tuvimos los habitantes de Turbo que queríamos formar nuestro propio negocio. El programa fue el primero en creer en nosotros, y gracias a este aprendí a presentarme ante el público, vender mis artículos y ahora me siento más dispuesta y animada para enfrentar las circunstancias”.
Antes de la pandemia el negocio mantenía sus ventas, pero conforme pasaron los días el número de clientes se redujo al igual que la producción de la materia prima. Sin embargo, a inicios de agosto, Argenida y sus compañeras reactivaron su funcionamiento, “afortunadamente nos hemos podido vincular de nuevo a las actividades y esperamos que esto siga mejorando”, celebró.
La innovación no se detiene
Los últimos meses para esta microempresaria funcionaron como un momento para entender cuál era el siguiente paso que debía dar. Así que decidió que debe desarrollar la identidad gráfica de Manos Laboriosas. Su mayor deseo es contar con un logo que identifique la empresa, y sobre todo, seguir brindando productos innovadores que llamen la atención de sus clientes.
Además, confía en mantener la energía que la ha llevado hasta donde está, y compartió un mensaje para aquellos microempresarios que atraviesan por un periodo de incertidumbre con sus proyectos productivos, “les digo a todos ellos que no bajen la guardia, que sigan para adelante porque todo mejorará en algún momento. No hay que dejar los proyectos y los sueños de lado”, concluyó.
Tal como lo hace Argenida Fuentes, hoy son muchos los emprendedores y microempresarios que innovan de la mano de Empropaz, para impulsar su futuro y el de toda Colombia. Conoce sus experiencias, historias y aprendizajes en nuestra sección “Historias”.

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