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Angie Yule Romero: vocación de servicio impulsada por Empropaz

Muchas veces se ha dicho que los jóvenes son el futuro y por lo menos en Colombia, esta es una realidad. De acuerdo con el reporte GEM (Emprendimiento Global Monitor Colombia) en 2018, la actividad empresarial temprana de jóvenes colombianos entre los 25 y 34 años correspondía a un 24,3 %.

Entre estos jóvenes con nacientes ideas de negocio se encuentra Angie Yule Romero, habitante de Santander de Quilichao, quien a sus 28 años ya hizo realidad el sueño de tener su propia microempresa con la que a la vez impulsa su acción como voluntaria en pro de la comunidad. Esta es su historia.

Ayudar a quienes más lo necesitan: su verdadera vocación

Angie hace parte del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Santander de Quilichao, institución a la cual se unió en 2018 mientras hacía sus estudios universitarios, según dice “para buscar nuevos ámbitos, como para salir un poco de mi rutina”, aunque tras poco más de un año de capacitaciones, encontró en el cuerpo bomberil su verdadera vocación “ayudar a los que más lo necesitan, o por lo menos brindar una gotica de ayuda para que se vuelvan realidad los sueños de otras personas (…) también a la naturaleza”.
Por ejemplo, en medio de la actual pandemia, está aportando a aquellas personas del municipio que atraviesan dificultades económicas, tal como ella misma relata. “El cuerpo de bomberos de Santander de Quilichao salió por todas las calles a recoger víveres (…) allí yo estuve ayudando más que todo a armar buenos mercados para la población más vulnerable”.
Con el fin de poder seguir ayudando a los demás a través de esta acción voluntaria, decide iniciar su propio emprendimiento para obtener ingresos de forma independiente y optimizar su funcionamiento con Empropaz.

El inicio inesperado de su empresa

Como miles de jóvenes en Colombia, Angie asistía a la universidad con el propósito de tener un título profesional y conseguir un empleo estable. Sin embargo, tras prolongados períodos de desempleo y ante la imposibilidad de seguir costeando su carrera de ingeniería de sistemas, decidió iniciar un negocio propio.

“Siempre lo quise, siempre lo pensé o lo soñé cuando tuviera un trabajo” dice recordando que siempre quiso emprender, pero no fue hasta que su pareja se lo sugirió que tomó la decisión. “Mi novio me dijo que fuéramos a emprender con unas lociones” y aunque esa idea no le convenció en aquel entonces, sí la hizo descubrir el verdadero fin de su emprendimiento actual.
“Desde muy pequeña he desarrollado el arte de dibujar y de las manualidades, entonces yo dije (…) la fotocopiadora y papelería. Con la papelería también puedo hacer mis manualidades, y allí las puedo vender”, relata Angie como su motivación para dar inicio en 2019 a ‘Lápiz color papelería y fotocopia’.
Gracias a su papelería, además de contar con estabilidad económica, aporta a los habitantes del barrio Santa Inés por ser la única en varios metros a la redonda. Mucho más al estar al lado de una escuela primaria y cerca al puesto de salud de Nariño, pues facilita los procesos para estas dos importantes instituciones del sector.

Un éxito en doble vía de la mano de Empropaz

Angie es más que consciente de que para llevar a su emprendimiento al éxito y a la vez, seguir apalancando su labor como bombero debe continuar su formación, por eso en cuanto vio la oportunidad de hacerlo con Empropaz, la tomó.

“Mi mamá mantenía en reuniones de la Alcaldía (…) entonces ella allí me inscribió”, recuerda cuando se le pregunta cómo llegó al programa, con el cual se siente muy satisfecha. “Súper agradecida porque me ha enseñado todas las bases necesarias como para uno poder manejar su negocio, saber sostenerlo. Tener mucho en cuenta qué son ganancias, qué son utilidades, los costos, los ingresos, los gastos”, así describe su experiencia en Emprendimientos Productivos para la Paz – Empropaz.

Especialmente en esta coyuntura, encontró en su Oficial de Productividad, America Sánchez Palomino, el apoyo para resolver sus dudas, seguir aprendiendo y reinventarse. Así es como ajustó sus servicios y ahora maneja impresiones a la distancia, facilitando que sus clientes le envíen los archivos por WhatsApp y a la vez, llevando las impresiones o materiales a domicilio.

Por otra parte, ha desarrollado nuevos tipos de manualidades, mezclando los afiches con los dibujos en foamy para hacerlos más atractivos. También incrementó la venta de detalles y canastas con dulces. Todo esto apoyado de comunicaciones a través de Instagram y Facebook, como respuesta a las dificultades que ha impuesto la pandemia.

De toda esta experiencia, Angie afirma que “siempre va a haber una lucecita que va a brillar y va a mostrar todo eso que está escondido” y le aconseja a todos los emprendedores “que sigan adelante, que sigan luchando, que se esfuercen un poquito más. Que esto todavía no ha acabado, antes de empezar, es un nuevo reto (…) nuevas medallas de satisfacción de alegría personal son las que uno va a conseguir”.

Tal como ella lo hace, miles de jóvenes del país encuentran la forma de aportar a su región y para todos ellos, Empropaz está vigente para impulsar sus ideas de negocio y sus sueños. Conoce más de sus experiencias en la sección ‘Historias’.

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